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Esta es la línea trazada por mi espada

  (Contra el "lenguaje inclusivo" Parafraseando y dedicado a J. D. Martín)  Moriré en esa trinchera Que abrí con mis propias manos  Y conmigo abrieron mis hermanos: De hablar así no hay manera Ah, sé que el Infierno espera ¡Pues que venga mil veces!  Mejor paso por facha Por rojo, tonto, machista Como Kull: Gobernaré con esta hacha  Así pues, tachadme de vuestra lista  La tilde de mi sólo La coma en su lugar Si no seguís mis reglas (Y las de Dionisio de Tracia)  Decirlo no me embaraza: ¡Mucho por culo os van a dar! 

Los callos de mi suegra

Qué buenos están estos callos, joder Después del duro día de trabajo Dándole a la azada, arriba y abajo Más que energías, me generan poder Aunque por poder yo preferiría...  Poder comer otro plato, ¡otro plato!  Bien sé que el chorizo no está barato Pero cierto es que la olla engordaría A fuerza de añadir agua y garbanzo...  Pero qué tunante soy, que me lanzo A pedir más sin haber terminado Este guiso tan bien condimentado.  ¡Loa a mi suegra, que me hace comida Larga y feliz sea, por Dios, su vida! 

Tres cubitos de hielo

  El primer hielo se deshizo en whisky Murió embriagado, feliz, nostálgico La nostalgia era su naturaleza Y por eso andaba siempre en el fondo (Es el lugar, en una cubitera Más peligroso:si el calor ataca Empiezan a fundirse los de abajo Los cubitos más viejos llaman a esto «Terrible y caliente charco de muerte») Y el camarero, que era maniático Sacó el primer hielo justo del fondo Lo bañó en whisky y se lo ofreció al hombre. Así murió el primero, consumido Convertido en sangre de un alcohólico. El segundo cubito fue picado Así, sin avisar, para un mojito Mezclaron con hierba buena sus trozos Con ron, con lima y no sé qué más: mierda Sus restos no sirvieron para nada (Deshacerse en el whisky es mucho mejor) Picado para una bebida moña... El tercer cubito, envuelto en un trapo Murió consumido por un vampiro Bueno, por el chichón de un niño tonto De esos que sin parar gritan y saltan Lo mismo que un vampiro: un asesino Aquellos pobres restos derretidos Quedaron impregnados en el trapo Y

Los 17 haikus de hoy

  El despertador  ha sonado dos veces no me despierta.  * La cafetera legañas y silencio los niños duermen.  * ¡A desayunar!  Poneos los zapatos hace buen día.  * «Pon Rock efe eme»  el Pirata y su banda nos repetimos.  * Por la mañana  limpio toda la casa  estoy contento.  * Los perros ladran no viene nadie a casa Buda conmigo.  * Arroz, verduras no me queda cerveza como con agua.  * Un capítulo  serán dos, finalmente  abro la puerta.  * Escribo un haiku esperando en el coche salen los niños. * Pienso en un haiku diecisiete sílabas mas no lo escribo.  * Merendaremos es hora de merendar  caliento leche.  * Yo no me baño los niños se han bañado pijamas, risas.  * Óliver Lego Bastian estudia ciencias pienso en la cena.  * ¿Quién me pregunta?  Los Lego nos ayudan a aprender huesos.  * Redacto haikus en el sofá, tumbado se hace de noche.  * Días iguales  cada día distinto  hoy me repito.  * Buenas noticias  me las trae mi editor  mi vida es feliz. 

El cuchillo

 [Lo siguiente es una especie de reflexión o reelaboración de un texto de Borges que, creo recordar, se titulaba El puñal]                                        *  Hace años que llevo en el bolsillo una navajita. Es un cuchillo simple, mango de anodina madera laminada, una bisagra y la hoja, de unos tres centímetros; se intuye, más que se lee, la palabra stainless en un lado de la misma. Hay quien se ha horrorizado al vérmelo, cual si lo sacara chorreando sangre caliente del bolsillo, cuando abro algún envoltorio o corto un pedazo de cordel. Otros asienten con aprobación, como elogiando al hombre precavido que lleva esa herramienta útil. Muy pocos callan, y acaso solo ellos se figuran el burbujeante piélago de inquina y resentimiento que escondo bajo la sonrisa servil. Yo me siento a veces reconfortado, no al notar el peso, que es poco, sino al sentir el bulto palpando en los momentos ociosos, o al encontrarlo allá al fondo enredado con borra y monedas, cuando me dispongo a pagar cual

Respuesta a Cabezuelo

 Escribí este poema en alejandrinos después de leer uno de Juan Cabezuelo en su blog, Vida lovecraftiana. https://notasescritasenelvater.blogspot.com/2023/02/vida-lovecraftniana.html?m=1                                       *** Al principio supuse serían sabañones el mismo puto eritema de todos los años picaban, dolían, sangraban los muy cabrones mas sin importancia: consuetudinarios daños pero entonces, una mañana, leí un poema firmado por Juan Cabezuelo, Lovecraft de tema se traía Juan a Lovecraft a lo cotidiano y nada más cotidiano, pensé, que mi mano mirando los supuestos sabañones en mi piel pensé, horrorizado, que acaso era el prefacio de alguna transformación. Quise evitar, reacio seguir quemando la sangre; tragándome la hiel di por acabada -¡sandeces!- la fantasía  traté de tornar al anodino día a día  pero, parafraseándolo, recordé un verso que acaso es sentencia o condena del universo: abrasa el horror las entrañas de cualquier hombre tarde o temprano el horror nos las abras

Avatares

Te salió en el móvil ese mensaje: «Crear avatar», y tú lo pulsaste No sé qué extraña magia desataste ¡Y ahora cada uno tiene un paje! Son mininosotros, muy parecidos Aunque van siempre con la misma ropa En vez de tripas, rellenos de estopa Y en vez de hablar, solo emiten gruñidos Cada noche, al terminar sus tareas Se meten en su caja de zapatos  Si intentas espiarlos, te mareas Tal vez porque son de magia sus ratos Miran desde su cama con retintín Se vuelven, se tapan con un calcetín.