Rap improvisado

 Acabo de redactar mi testamento y ya me estoy arrepintiendo de haberle dejado todo a ese patán que tengo por hijo. Pero ¿a quién se lo iba a dejar, si no? ¿A mi vecino?

Lo cierto es que mi vecino se ha portado muy bien conmigo durante el tiempo que nos conocemos, hace hoy exactamente ventiún años. Bueno, no sé cuánto tiempo hace, me lo he inventado. Pero mi vecino se ha portado muy bien conmigo, eso es verdad, nunca me ha denunciado y nunca ha venido a tocar a mi puerta para quejarse del ruido ni de otras cosas. Excepto en cierta ocasión, que vino a quejarse de que nunca nos tomábamos una cerveza en su porche; «a eso hay que ponerle remedio» dictaminó. Empujó mi silla de ruedas hasta su porche, y la subió escalón por escalón, ya que su porche carece absolutamente de rampa para minusválidos. Yo iba andando al lado mientras él movía mi pesada silla de ruedas sin quejarse y sin preguntar siquiera para qué o porqué, ni por qué (separado), llevaba yo, a do quiera que fuese, esa pesada silla de ruedas cargada de mamotretos incunables escritos en lenguas incognoscibles, y yo nunca se lo dije, pero es que me gusta guardar esas cosas para mí; a nadie le importa si yo estoy buscando el último alfabeto místico dejado por los extraterrestres que nos crearon allende los tiempos, ni si yo creo que puedo encontrar la clave para mi descubrimiento en cualquier momento y en cualquier lugar. La cerveza estaba muy buena, sabía a cancamusa y a reloj roto, como a mí me gusta. 

Mi hijo jamás ha tenido la decencia de invitarme a una cerveza, y mucho menos en un porche, pero cuando estuvo ahí, no le necesité, y cuando por fin le necesité, no supe encontrarle por ninguna parte, ya que se había encerrado en su cuarto a cal y canto, gritando, o cantando, «no pienso ayudarte, viejo inútil, maltratador. Mataste a mami». Y a pesar de esta desfachatez le he dejado todo, desde mi silla de ruedas hasta lo que tiene encima: toda esa balumba de absurdo saber arcano.

Esta noche a las doce por ahí va a venir un monstruo y me va a matar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Anda, ve a por agua al pozo de cristal

Intoxicación

La urbanización