La pena (soneto)
Qué profunda pena asquerosa y puta
Que de vivir me arrebata las ganas
Que las pasadas glorias torna vanas
Que mi cuerpo consume, mi alma enluta
Solo ansío ya beber la cicuta
Me despierto triste por las mañanas
Tras el sopor de las noches malsanas
Ni a Dios le importa ni el Diablo se inmuta
De esta horrible y turbia melancolía
Que trata de postrarme día a día
Escapo a veces en catorce versos
Mis sentimientos en ellos inmersos
Rabia, furia, incluso alegría, dolor
Todo cabe en mi soneto redentor.
Es un sentimiento idéntico el que siento, la verdad. Hay días que bien los borraba.
ResponderEliminarHace un tiempito que no le veo el pelo, con lo fiel que era, era una pena faldera que no se separaba de mí. Yo me creía que no se podía vivir sin ella, pero sí se puede, lo que pasa es que, claro, imagínate.
ResponderEliminarNo puedo ni imaginarlo ya
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